El Ford Mustang es el coche deportivo más vendido de la historia. Sí, como lo lees, año tras año, sigue liderando la tabla. El más vendido en 2020, el más vendido en 2021, y posiblemente sea el más vendido este año. Estos datos, tomados desde su nacimiento en 1964, no hacen más que dejar claro que estamos ante una joya, un coche con carácter, reconocible, histórico. ¿Y a quién no le gusta tener algo así? Un modelo atemporal, que aunque pasen los años tendrá un atractivo innegable y una depreciación casi inexistente.
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Así es el Ford Mustang
Estéticamente, el Ford Mustang es un coche que impacta. Da igual de qué generación estemos hablando, todos son auténticas bellezas. En este caso, la unidad de las fotos corresponde al modelo del año 2017. La vista frontal está presidida por una gran parrilla negra con el logo de Mustang en el centro. A los lados, dos afilados faros que le otorgan una mirada muy agresiva. Debajo, en el parachoques, otra entrada de aire central, escoltada por dos faros de niebla. Un ‘morro’ poderoso y musculoso que no defrauda.
En el lateral, más de los mismo. El Ford Mustang, haciendo gala de lo que es, un ‘muscle car’, se muestra impresionante. Sobran los calificativos. Líneas angulosas, silueta fastback y un gran morro interminable que consiguen un efecto de auténtico deportivo. Además, el color de la unidad le viene como anillo al dedo para contrastar con las llantas de 19 pulgadas en negro, el vinilo con el nombre del modelo en la batalla, o las taloneras también en el mismo color.
Y acabamos con la zaga de este americano, totalmente reconocible. En ella se aprecian las dos líneas negras pintadas en el techo, que acaban en la luna trasera tintada. Esta zaga es ancha y aún quiere parecerlo más. Para ello, integra los faros traseros LED agrupados en tres líneas verticales en una zona negra que recorre la trasera de lado a lado. Debajo, un agresivo paragolpes con difusor negro y rojo que incorpora dos salidas de escape, una a cada lado. Precioso.
El interior del Ford Mustang es sobrio y con buenas calidades
El interior del Ford Mustang está muy bien resuelto. En cuanto abrimos la puerta del conductor nos encontramos con unos asientos delanteros deportivos tapizados en cuero. Son semi-eléctricos, ventilados, calefactados, y combinan a la perfección un gran confort con una estupenda sujeción lateral. Una vez sentados tenemos ante nosotros un volante deportivo multifunción con levas de cambio, y tras él, una instrumentación clásica y moderna a partes iguales.
Lo primero por sus dos esferas analógicas con aros cromados. En ellas vemos a la perfección la información relativa a la velocidad, revoluciones, nivel de carburante y algún que otro testigo. Lo moderno llega con la pantalla situada entre ambas esferas. Es a color y en ella visualizaremos el ordenador de a bordo SYNC 2 de la marca americano. Aquí podremos configurar y visualizar distintos parámetros del coche.
A la derecha, y ya en el salpicadero, vemos tres aireadores circulares, justo encima del sistema de infoentretenimiento, con navegación, control del teléfono, equipo de audio y más detalles. Debajo, botones físicos para el audio y el climatizador. En la consola central, palanca del cambio automático, huecos portaobjetos y el freno de mano, completan este interior del Ford Mustang.
Buenas plazas traseras para un deportivo
Las plazas traseras del Ford Mustang son dos. No podemos esperar un espacio superlativo en un coche con configuración 2+2 y una caída del techo como la del americano, pero sí es cierto que son más que correctas. Dos personas de una 1,80 metros se pueden acomodar con ciertas garantías. Eso sí, la entrada y salida, como en todo coche de este tipo, requiere de cierta agilidad.
En lo que respecta al maletero del Ford Mustang, son 408 litros de capacidad. Es una cifra más que suficiente para un vehículo de como este. Deportivo, cuatro plazas y con una buena capacidad de maletero. ¿Qué más se puede pedir? Por este tipo de cosas se entiende el éxito de este legendario modelo.
Potente o muy potente, tú decides
El motor del Ford Mustang tiene que ser potente, va en su naturaleza. Por ello, la marca americana ofrece distintas opciones, pero todas ellas con carácter. La versión de las fotografías monta un motor de gasolina turboalimentado de 2.3 litros que rinde 317 CV y 432 Nm de par máximo. Para gestionar dicha potencia, incorpora un cambio automático de 6 velocidades y tracción trasera.
Como te puedes imaginar, las prestaciones no son nada malas. Acelera de 0 a 100 km/h en solo 5,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 234 km/h. Si eres de lo que quieres algo más poderoso, puede elegir el Ford Mustang V8 de 5.0 litros y 421 CV, una auténtica locura de coche.
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